Tenemos que acostumbrarnos. La sensorización ya forma parte de nuestras vidas y ha venido para quedarse, también en el ámbito de la gestión de flotas. Hablamos de la capacidad de controlar, procesar y medir datos a través de sensores con ayuda de la tecnología. Es un proceso imparable en todos los sectores, también para la logística y el transporte, que son dos de los ámbitos que se pueden ver más beneficiados por la capacidad de análisis que ofrece.
Los sensores se han convertido en un elemento clave en el sector del transporte y seguirán siendo protagonistas en un futuro próximo. La capacidad de medir los procesos es lo que permite mejorar un servicio y si pensamos en los vehículos profesionales, la mayoría ofrece amplias posibilidades de sensorización.
La irrupción del Big Data permite controlar una gran cantidad de datos y procesarlos, de forma que las empresas pueden gestionar todos sus procesos, conseguir predicciones más fiables sobre la demanda de un servicio y adelantarse a las peticiones de sus clientes.
El presente de la sensorización en la gestión de flotas
Las actuales herramientas ya permiten hoy en día el control de múltiples parámetros. No es de extrañar que la logística y el transporte se han visto atraídas en los últimos años por las nuevas tecnologías, en un momento en el que el viejo mundo analógico está dando paso a una revolución digital.
En el terreno de la gestión de flotas, cualquier sensor de un vehículo permite tanto un control en tiempo real como la elaboración posterior de informes a medida.
Veamos algunos de los campos en los que la sensorización contribuye a mejorar la administración de flotas de vehículos de empresa:
- Seguridad de trabajadores, vehículos y mercancías. Los sensores, además de aportar comodidad, también aumentan los niveles de seguridad, por ejemplo a través de la detección de la apertura de puertas, la configuración de alarmas por impacto, la identificación de conductor o la detección de encendido o apagado del vehículo.
- Conducción eficiente. Uno de los actuales temas de debate del sector es el consumo de combustible, las emisiones de CO2 y la conducción eficiente. Los sensores ayudan a controlar muchos elementos que pueden contribuir a reducir costes y disminuir el nivel de emisiones: el consumo de combustible, los tiempos de parada y tiempos en ralentí, la velocidad, la temperatura del motor, la posición del acelerador, el uso del pedal de freno o las revoluciones por minuto son una muestra de los datos que pueden ayudar a mejorar nuestros ámbitos al volante y lograr esa deseada conducción eficiente.
- Control. Es uno de los aspectos más relevantes en la gestión del vehículo. Gracias a la sensorización, se pueden configurar geocercas, para controlar las rutas y avisar en tiempo real cuando un vehículo entra o sale de un área previamente determinada, y controlar los tiempos de conducción, una gran ventaja y comodidad para los transportistas profesionales. Los sensores también permiten conocer el histórico de recorridos y la localización de los vehículos en tiempo real.
- Otras aplicaciones. Más allá de las ventajas mencionadas, los sensores son imprescindibles en muchos otros ámbitos de la gestión logística y del transporte por carretera, como es el caso del transporte frigorífico. Aquellos vehículos que transportan cargas que requieren una determinada temperatura, necesitan un control digitalizado. Gracias a los sensores, mediante la conexión con el termógrafo, se puede controlar la temperatura en todo momento y garantizar la trazabilidad de las mercancías.
El futuro próximo de la gestión de flotas
Cada vez estamos más acostumbrados a las oportunidades que ofrece la sensorización, pero lo que hemos visto sólo es el comienzo del camino. En el futuro se avecinan grandes cambios y los sensores tendrán cada día más protagonismo en nuestras vidas. Los vehículos autónomos, que prometen ser una revolución en el mundo del transporte, dependen del control preciso de todos y cada uno de los elementos que pueden influir en la conducción. Ahí entran en juego los sensores, una vez más.
En lo referente a los vehículos autónomos, las empresas automovilísticas se han volcado en el desarrollo de cartografías digitales para contar con información más precisa, actualizada y en tiempo real. El sector del transporte también apunta hacia el vehículo sin conductor, por lo que necesita fuentes de información fiables y precisas para llevar a sus ocupantes a la dirección seleccionada de manera segura y eficaz.
Con cámaras, escáneres láser y radares que protegen al automóvil, los sensores recopilarán toda la información y la enviarán al software del vehículo autónomo para que tome las decisiones más convenientes.
Además, mediante la digitalización de la cartografía, el GPS escogerá la ruta más rápida o la que menos tráfico tenga, en función de la variable que se seleccione. Esta opción ya existe hoy en día, pero en un futuro estará más automatizada y con un nivel de precisión superior. Todas estas potencialidades se complementan con otros sistemas innovadores, como el frenado de emergencia, el reconocimiento de señales de tráfico o la asistencia de mantenimiento en el carril, entre otras muchas alternativas.
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